i estás buscando un plato que combine simplicidad y sabor en su máxima expresión, la burrata con tomates es una opción inmejorable. Este plato, de origen italiano, ha ganado popularidad en todo el mundo gracias a su textura cremosa y su mezcla de sabores frescos y naturales. Con tomates jugosos y albahaca fresca, la burrata se convierte en un festín para los sentidos, ideal tanto para una comida ligera como para un aperitivo compartido.
En esta receta, te mostraremos cómo preparar este delicioso plato utilizando ingredientes frescos y técnicas sencillas que te garantizarán un resultado espectacular. Es perfecto para aquellos que aprecian los sabores mediterráneos y desean disfrutar de una comida llena de color, aroma y textura.
Antes de comenzar, asegúrate de tener los siguientes ingredientes listos. La clave de este plato radica en la frescura y calidad de los productos:
Comienza lavando los tomates bajo agua fría para eliminar cualquier suciedad o impureza. Una vez limpios, córtalos en rodajas finas o en gajos, dependiendo de cómo prefieras la presentación. Puedes usar una combinación de diferentes tipos de tomates (rojos y amarillos) para darle más color al plato.
La burrata, con su exterior firme y su centro cremoso, es el corazón de este plato. Retírala de su envase con cuidado para que no se rompa. Coloca la burrata en el centro de un plato amplio, asegurándote de dejar espacio alrededor para los tomates.
Coloca las rodajas o gajos de tomate alrededor de la burrata de forma artística, como si estuvieras creando un marco de colores brillantes. Los tomates, además de aportar sabor, también juegan un papel importante en la presentación visual del plato.
Rocía generosamente el aceite de oliva virgen extra sobre los tomates y la burrata. El aceite de oliva no solo realza el sabor de los ingredientes, sino que también añade un toque de brillo y textura suave a la ensalada.
La albahaca fresca es el complemento perfecto para la burrata y los tomates. Lava las hojas de albahaca y colócalas sobre los tomates y la burrata. Puedes dejar las hojas enteras o trocearlas ligeramente con las manos para liberar más aroma y sabor.
Espolvorea un poco de sal sobre los tomates y la burrata, ajustando la cantidad según tu gusto personal. Si lo prefieres, también puedes añadir un toque de pimienta negra recién molida para dar un contraste picante al sabor suave y cremoso de la burrata.
Este plato se disfruta mejor fresco, así que lo ideal es servirlo justo después de haberlo preparado. Sin embargo, si quieres preparar los ingredientes con antelación, puedes mantener los tomates y la burrata refrigerados por separado, y montar el plato justo antes de servir.
Puedes acompañar esta receta con un pan crujiente para mojar en el aceite de oliva y el suero de la burrata, creando una combinación aún más irresistible de texturas y sabores. También es una excelente opción para una mesa compartida o como entrante en una comida más elaborada.
Si bien la receta básica es simple y deliciosa, hay muchas maneras de adaptar este plato para darle tu toque personal. Aquí te dejamos algunas ideas para experimentar con diferentes sabores y texturas:
Si prefieres un toque más dulce y concentrado, puedes asar los tomates antes de colocarlos en el plato. Para ello, corta los tomates en mitades, colócalos en una bandeja de horno, rocía un poco de aceite de oliva y ásalos a baja temperatura durante 25-30 minutos. Los tomates asados aportan un sabor caramelizado que contrasta maravillosamente con la burrata fresca.
Si buscas añadir un toque amargo y más textura al plato, incorpora unas hojas de rúcula fresca alrededor de los tomates y la burrata. La rúcula aportará una dimensión adicional al plato con su sabor ligeramente picante.
Para una versión más veraniega y afrutada, puedes añadir rodajas de melocotón, fresas o higos frescos a la mezcla. Estas frutas aportarán un contraste dulce y jugoso que complementa bien la cremosidad de la burrata y la acidez de los tomates.
Unas gotas de jugo de limón fresco pueden darle al plato una acidez sutil que equilibra los sabores ricos de la burrata y el aceite de oliva. Es ideal si buscas un plato más ligero y refrescante.
La burrata con tomates no solo es un plato delicioso, sino también uno de los más atractivos visualmente. Los colores brillantes de los tomates, el blanco cremoso de la burrata y el verde vibrante de la albahaca crean un contraste que hace que el plato destaque en cualquier mesa.
Para una presentación más elegante, puedes usar un plato de cerámica simple y blanco que permita que los ingredientes resalten por sí mismos. Si estás sirviendo este plato en una ocasión especial, puedes decorar el borde del plato con un poco más de aceite de oliva o incluso con algunas flores comestibles para darle un toque distintivo.
La receta de burrata con tomates es un clásico que nunca decepciona. Con solo unos pocos ingredientes frescos y una preparación sencilla, puedes disfrutar de un plato que combina la suavidad cremosa de la burrata con la frescura y acidez de los tomates, creando una experiencia culinaria que deleitará a cualquiera que la pruebe.
Este plato es perfecto para cualquier ocasión, ya sea como un aperitivo ligero o como el centro de una comida compartida con amigos y familiares. La clave está en utilizar ingredientes de la mejor calidad, ya que cada uno de ellos aporta un sabor único y especial. ¡Anímate a prepararlo y disfruta de la magia de los sabores mediterráneos en tu mesa!
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